Conclusiones Propositivas
En Argentina, el consumo medio a nivel nacional real es del orden de los 180 litros/habitante/día1, superando el promedio recomendado por la OMS. Sin embargo, existen en nuestro país grandes diferencias regionales respecto del acceso a agua potable. Hay provincias argentinas que sufren la escasez de este recurso. La Ciudad de Buenos Aires, por el contrario, es una ciudad privilegiada a la hora de hablar de saneamiento y consumo de agua. Aproximadamente el 99% de su población cuenta con servicio de abastecimiento del agua potable, proviniendo ésta en su mayoría del Río de la Plata. La empresa AySA es la encargada de potabilizar esta agua para luego distribuirla a la Ciudad y su Área Metropolitana (AMBA). Este proceso implica el uso de grandes cantidades de energía, tiempo y dinero. Según el informe “El Agua, fundamental para la vida” AySA entrega en promedio 619 litros de agua por habitante y por día, cifra que triplica el consumo medio mundial.
Esta situación es resultado de varios motivos. Por un lado, el 40% de los 619 litros que produce AySA por habitante a diario, se pierden a lo largo de la distribución, debido al deterioro que han sufrido las cañerías con el paso del tiempo. ¿Pero qué pasa con los litros restantes que efectivamente llegan a nuestras canillas? Quizás sea momento de reflexionar acerca de nuestra forma de consumir agua. Preguntarnos si utilizamos sólo lo necesario o la derrochamos. Analizar las consecuencias de un uso irracional del recurso. Pensar si existen formas de reducir nuestro consumo cotidiano y los beneficios que se puede obtener. Si entre todos adoptamos nuevos hábitos, podemos ser parte del cambio. Y es importante que, más allá que cambiemos hábitos en sí, lleguemos a tomar conciencia de las implicancias y los impactos que tienen nuestras acciones.
Como grupo, nos interesa abordar este tema, desde el ahorro que se puede generar en el sector de la cocina, en hogares que tengan acceso al agua potable.
Decidimos ubicar el contexto en el uso del agua en la cocina, de un hogar con red de agua.
DISPARADORES:
• Agarrar el agua con las manos.
• Exprimir el agua.
• Que no se escape.
• Hacela rendir.
• Introducir la conciencia en el hogar.
• Educar al chorro.
• Cortando la corriente.
A continuación, un mapa de distribución de las tareas, la manera de organizarnos como grupo que elegimos:
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